jueves, 9 de octubre de 2008

Althaus en Dos Tiempos

Semanario Caretas.
Págs. 44 – 46.

Jueves 9 de octubre del 2008.

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Althaus en Dos Tiempos

Jaime de Althaus y su entusiasmo a prueba de crisis. Proyecciones en entrevista insólita.

Foto.

En los noventas como editorialista, con un semblante no muy auspicioso.

Por: JOSÉ CARLOS VALERO DE PALMA

HOY la política peruana navega azotada por una galerna, casi siempre hostil, de opiniones, augurios y dictámenes que suelen ser pesimistas. La política, carrera codiciada y cotizada que siempre deja buenos dividendos, se mueve a través de gentes de todos los pelajes que, llevando el agua a su propio molino, tratan de pintar cielos negros con el fin de, creando zozobra y estrés, lograr posicionarse en el futuro. Hartos de tanta incertidumbre se nos aparece, positiva, optimista y refrescante de todo punto, la voz de Jaime de Althaus que en su libro “La revolución capitalista en el Perú” nos muestra un país emergente con un claro futuro promisorio a medio plazo. Casi casi a la vuelta de la esquina, como quien dice. ¡Uff! ¿Final feliz a la vista? ¡Qué alivio! ¡Abajo el negativismo y sus cuervos negros! A Althaus, antropólogo, economista vocacional, periodista de larga data y politólogo de polendas, lo veo frente a mí sereno, mesurado, monotemático a ultranza, no quiere que escarbe en su propia condición humana a través de preguntas polimorfas y dispares. Es tímido y odia la peliculina. Ejerce la modestia. Voy a intentar que esta entrevista resuma su pensamiento. Vale la pena. Vamos allá.

–¿Por qué el optimismo ante el futuro del Perú?

–Desde la época de la República aristocrática no habíamos tenido en el Perú un proceso de crecimiento como el de ahora tan espectacular y además inclusivo, descentralizado e integrador. Ha habido crecimientos ficticios que han quedado en la nada pero éste no consume sus propias reservas y le da vida al interior del país. Eso no sucedía en cien años.

–El tradicional inmovilismo centralista se está quebrando.

–Sí. El empleo y los ingresos en las ciudades del interior crecen más que en Lima. Hay mejor redistribución de la riqueza. Dentro de las ciudades los ingresos de los sectores populares e informales (C, D y E) crecen más que los ingresos de los sectores A y B y la desigualdad tiende a reducirse. Hay una clase media emergente. La que se queda rezagada es la sierra rural. Ahí la pobreza disminuye menos pero en todo el resto, en las ciudades e incluso en la costa rural, hay un crecimiento muy inclusivo. El que está fallando es el Estado, no el mercado. Hay que seguir luchando contra los mitos.

–¿Qué mitos?

–Por ejemplo, el de la “desnacionalización del país” por aquello de que las empresas que se privatizaron fueron adquiridas por empresas transnacionales extranjeras. Eso es en parte verdad porque el capital nacional había casi desaparecido debido al estatismo anterior. Pero lo que no se dice es que en los últimos 15 años se han formado las primeras transnacionales peruanas y han surgido importantes grupos económicos nacionales de origen popular, de origen andino incluso. Por primera vez se ha roto la barrera estamental, colonial…

–¿Ejemplos de esto?

–Ahí está el grupo Añaños, de Ayacucho, que con la Kola Real ha establecido plantas no sólo en Latinoamérica sino en Tailandia, por ejemplo. Otra transnacional es el Grupo Gloria, de los Rodríguez de Arequipa, con plantas lecheras en muchos países y actividades diversas. Lo mismo podemos decir de Topy Top en confecciones. Su fundador, el Sr. Aquilino Flores, salió de una comunidad campesina en Huancavelica y de lavador de carros es hoy lo que es y se pasean sus productos por el mundo. Los hermanos Huancaruna, campesinos de Jaén, con el café Altomayo, exportan la tercera parte del café peruano y tienen otros negocios como Pucalá, Úcupe, etc. El Grupo Oviedo, de Urcos, Cusco, en Pomalca…, etc. Por primera vez las estructuras económicas ya no son exclusivas de la oligarquía y la plutocracia tradicional.

Foto: Víctor Ch. Vargas.


Desde "La Hora N", acaso menos sonriente, ausculta el pulso político.

–¿Algún otro mito a destruir?

–Por ejemplo el de que la apertura iba a “desindustrializar” el país. Ocurrió lo contrario: hay sectores que no quieren reconocer que nuestra industria es hoy más fuerte y más integrada a los recursos del país

“El que está fallando es el Estado, no el mercado. Hay que seguir luchando contra los mitos”.

–¿Miopía? ¿Conveniencia propia?

–No estudian ni analizan. La industria anterior importaba piezas, las ensamblaba y el producto se vendía al mercado interno sin comprarle nada, con lo cual no prosperaba éste. Nuestra industria actual procesa nuestros recursos (agricultura, minería, madera, etc.) y exporta dando trabajo a las provincias. Y la revolución agroexportadora… ¡Ni qué decir!

–Con lo cual se acaba la fagocitosis. ¿No?

–Algo así. Hay otro mito que es el de la “reprimarización de nuestras exportaciones”, que regresamos a exportar sólo materias primas. Por primera vez en nuestra historia las exportaciones no tradicionales (manufacturadas) están creciendo en volumen a una tasa tres veces superior a la de las exportaciones tradicionales… Números, cifras y estadísticas hablan de forma apabullante.

“Desde la época de la República aristocrática no habíamos te nido en el Perú un proceso de crecimiento como el de ahora”.

–Sin embargo la ultraizquierda, que lo que quiere es el poder, se queja del modelo económico.

–Con los resultados que hoy se ven es un engreimiento y una necedad absoluta.

–Supongamos que mañana es usted Presidente del Perú. ¿Cuáles serían las primeras, vitales y más urgentes disposiciones que daría?

–¡Uff! (Se queda pensando). Yo no soy para eso! ¡Pido un receso! Yo como más rápido que usted (estamos almorzando en el restaurant Costa Verde), termínese su segundo plato y espéreme por favor. (Agarra una cuartilla y se pone a escribir. A los cinco minutos me contesta la pregunta consultando sus anotaciones).

Foto: Javier Zapata.


Si fuera Presidente, su primera prioridad sería crear un Ministerio de Desarrollo Rural.

Allá va. Primero, priorizando, crearía un Ministerio de Desarrollo Rural para llevar adelante un programa intensivo de desarrollo productivo en la sierra rural sobre la base del proyecto “sierra productiva” de Carlos Paredes y los yachachiq (capacitadores rurales), y del Programa Sembrando de Pilar Nores. Cofopri llevaría a cabo un programa de titulación individual masivo en las comunidades campesinas que lo deseen.

Segundo, propondría a las comunidades nativas de la selva un plan de desarrollo de explotaciones forestales sostenibles certificadas en sus tierras.

Tercero, fortalecer la educación con un plan integral de recuperación de maestros, consolidar la nueva carrera pública magisterial, dar poder a los padres de familia y promover la gestión de las escuelas públicas por entidades privadas.

Cuarto, nombraría un zar de la reforma del Estado que acelere la simplificación administrativa, establezca una ventanilla única para crear y operar empresas, tercerice muchas de las funciones, ponga la administración de los hospitales y centros educativos en manos privadas dando a los usuarios bonos para que decidan dónde se atienden o estudian sus hijos, y establezca una carrera pública sujeta a evaluaciones y rendimientos.

Quinto, terminaría de conformar el Centro de Planeamiento Estratégico del Perú (CEPLAN) y pedirle un plan de desarrollo de infraestructura para los próximos 20 años, a fin de que no se vuelvan a presentar los cuellos de botella que estamos experimentando…

–¿Algo más?

–(Consulta sus apuntes). ¡Ah, sí, también! Hay que crear un Ministerio de Cultura y Turismo, sacando Turismo de Comercio Exterior. Esto para poner en valor real nuestro patrimonio cultural histórico y vivo, que es fuente de orgullo e identidad nacional, y generar ingresos para los sectores andinos y amazónicos pobres. Crear conservatorios departamentales y concursos nacionales de baile, música y vestimenta y encargar la creación de un gran ballet folklórico nacional.

“Me enamoré platónicamente cuando tenía 13 años de una chica de 10, Patricia Pinilla”. Hoy es su esposa.

–Mucha política. Seamos breves. Sé que no le gusta pero le haré una sola pregunta personal: ¿el amor de su vida?

–Me enamoré platónicamente cuando tenía 13 años de una chica de 10, Patricia Pinilla. La conocí en la playa Villa. Fue un amor contemplativo. Simplemente la miraba y le escribía poemas que guardaba para mí. Consideraba que la palabra podía perturbar la perfección de este amor.

–¿Y cómo contactó con ella?

–Nos conocíamos de vista. Al siguiente verano ella no fue a Villa, ya que se trasladó con sus padres a Ancón. A los 14 años me fui en bicicleta a Ancón a seguir contemplándola. Luego la perdí de vista. Me casé. Me divorcié. Ella se casó. Luego se divorció. Después de 18 años la reencontré en la librería El Virrey. Hablamos. Quise salir con ella invitándola a cenar ese mismo día. Lo pospuso para el viernes y así fue,… hasta ahora que tenemos dos hijos yo y uno ella, habidos en nuestros anteriores matrimonios y un hijo en común, de los dos.

–¡Qué bonita historia de amor! Una última pregunta, recalcando. ¿El peruano debe ser optimista ante su futuro?

Debemos serlo sin lugar a dudas. En beneficio del país y de nuestra psique.

–Pues, ¡que viva el Perú! ■

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